En la actualidad no se puede concebir una consulta nutricional sin tener un acabado conocimiento de la composición corporal de los pacientes.
La historia de la composición corporal tiene inicios en el antiguo Egipto, y se ha escrito abundantemente a lo largo de la historia. Pensemos en el Hombre de Vitruvio de Leonardo, por ejemplo.
Si bien el uso habitual del IMC o Índice de masa corporal puede servir para tener una aproximación inicial con un grupo poblacional, y por lo tanto es utilizado ampliamente por los gobiernos y por las compañías de seguros, no significa tener una acabada comprensión de un paciente individual.
En los últimos años se han mejorado las técnicas del estudio de la composición de los elementos que constituyen el cuerpo humano y se ha pasado de tener equipos costosos y sofisticados, solo aptos para su uso en investigación clínica, a equipos que pueden ser utilizados en un consultorio profesional y que con un adecuado procedimiento pueden ser más que útiles en la consulta.
No solamente sirve para conocer la masa grasa de un paciente, sino también para la masa muscular. También se agregan datos sobre la calidad de las células musculares, (ángulo de fase). Nos permite proponer adecuadamente el tratamiento de dieta y ejercicios físicos con objetivos claramente determinados.
Ya sea en obesidad o aumento de masa grasa con normopeso, bajo peso, deporte, adolescencia, etc. El estudio acabado de la masa magra y la masa grasa junto al agua corporal total, agua intra y extracelular, en una medición puntual o en forma de seguimiento comparativo nos focaliza en las necesidades del paciente.
Nuestro equipo ha utilizado durante más de 10 años la prueba de Bioimpedancia Multifrecuencia con excelentes resultados, algunos de los cuales han sido presentados en congresos de la especialidad.
