Uno de los grandes desafíos de la nutrición es entender, acompañar y tratar al paciente oncológico.
Es sabido que esta enfermedad a veces se acompaña de desnutrición desde antes del diagnóstico de la misma, como es el caso de los procesos de tubo digestivo (esófago, estómago, colon por ejemplo), aunque se confunda muchas veces porque la enfermedad se instala en pacientes previamente obesos. Por eso es que una correcta evaluación nutricional es imperiosa aún antes de iniciar el tratamiento correspondiente.
Hay acabadas pruebas que un estado nutricional alterado complica el tratamiento, aumentando los efectos adversos de la Quimioterapia y la Radioterapia y, por supuesto, de cualquier tipo de procedimiento quirúrgico.
Tengamos en cuenta que los pacientes con un proceso de reciente diagnóstico pueden inclusive tener como inconvenientes asociados una mala alimentación previa. Es entonces que el consejo nutricional se torna imprescindible desde el primer momento.
Hay que establecer un orden de prioridades en cuanto a lo que se va a privilegiar durante el tratamiento. El aporte de calorías y proteínas es de fundamental importancia en ese periodo, y la suplementación adecuada vitamínico – mineral se recomienda para evitar complicaciones asociadas a sus carencias.
Si la nutrición es insuficiente, actualmente contamos con procedimientos asociados tales como la alimentación enteral (por sonda) o parenteral (por catéteres venosos) que, ejecutados en el momento adecuado, puede favorecer en mucho el resultado terapéutico.
Y cuando se finaliza un tratamiento, se programa una alimentación que ayude a prevenir el resurgimiento de la enfermedad, de acuerdo con las evidencias que se cuentan actualmente.
Nuestro equipo, consolidado a través de 30 años de experiencia hospitalaria, puede brindar el consejo adecuado y acompañar estos procesos con calidad profesional.