La nutrición desde el punto de vista médico abarca la comprensión de un buen estudio clínico inicial, la realización de exámenes complementarios, tales como un laboratorio exhaustivo y estudios de gasto calórico y composición corporal, hasta la correcta elección y administración de fármacos cuando se considera necesario.
El desarrollo de la farmacología para la obesidad tuvo distintas etapas. En 1920 había sido descubierta la anfetamina y sus efectos de estimulación sobre el Sistema Nervioso Central. Luego se describió su poder anorexígeno (reducción del apetito) y los efectos de tolerancia y dependencia, con peligro de abuso de esas sustancias.
En la década del 60 fue cuando su uso se generalizó en Europa y Estados Unidos, siendo prescriptas por innumerable cantidad de médicos para los trastornos más diversos, teniendo como consecuencia abusos y dependencia.
Actualmente la anfetamina tiene dos indicaciones: trastorno de déficit de atención en niños y narcolepsia. Los derivados de la misma con acciones anorexígenas son: Fentermina, Fenproporex, Dietilpropión.
Mazindol: es uno de los anorexígenos más utilizados en la República Argentina, se encuentra permitido por ANMAT con un uso máximo de tres meses, aunque no se han encontrado fenómenos de dependencia. Es derivado de un antidepresivo, no es una anfetamina. Sus indicaciones, dosis, efectos adversos y contraindicaciones están claramente definidos en la literatura médica. Cabe la aclaración: no es una medicación natural ni homeopática. Puede ser una receta magistral, es decir mediante una preparación hecha por un farmacéutico.
Orlistat: inhibe la absorción de una parte de la grasa ingerida con los alimentos, no “disuelve” la grasa corporal. Es razonable pensar que en personas que tienen dietas con alto contenido graso, pueda encontrar un uso efectivo con esta medicación, pero no así en los que consumen una dieta hipograsa. Hay que tener la precaución de suplementar con vitaminas liposolubles (ADEK) porque puede haber un déficit vitamínico con el uso continuado.
Liraglutida: es un análogo sintético de la hormona GLP-1, con un tiempo de acción de unas 13 horas. Su función principal es retardar el vaciamiento gástrico y producir saciedad a nivel cerebral, por ende disminución de la ingesta de alimentos y posible reducción de peso. Se puede utilizar en pacientes diabéticos en conjunto con insulina. Como efectos colaterales puede producir náuseas y diarrea.
Naltrexona/Bupropión: Es la combinación de dos drogas: Bupropión es un antidepresivo y un antagonista opioide, Naltrexona, utilizado habitualmente en en los casos de dependencia alcohólica. El efecto producido es un aumento de la saciedad con una disminución del apetito, reduciendo por lo tanto la ingesta alimentaria e impactando a favor de la reducción del peso. Puede ser utilizado por tiempos prolongados (1 año y medio en las publicaciones)
Combinación Fentermina/Topiramato: La Fentermina es un anorexígeno anfetamínico y el topiramato un anticonvulsivante. Puede reducir la ansiedad de comer compulsivamente, y puede tener un efecto en aumento del gasto calórico. Esta combinación ha sido aprobada en EEUU para su uso en el tratamiento de la Obesidad por el período de tres años. Aún no ha sido aprobada en el país.
La utilización de fármacos antiobesidad se enmarca en la relación médico paciente con un compromiso mutuo de responsabilidad y confianza. Y la medicina alopática tiene bases sólidas en el uso de fármacos con buenas prácticas clínicas (BPC).
Fuente:
Revisión de los fármacos más usados en obesidad a nivel mundial
Autores: Raúl Sandro Murray, Marta A. Sánchez, César Casávola, Pablo López Schimpf, Ana L. Cascú, Francisco A. D’Onofrio.Revista SAN. Vol 20 Nº 4 2019.